Por tratarse de un trastorno multifactorial, resulta complicado establecer un tratamiento para el ojo seco que sea eficaz desde el primer momento. Es recomendable realizar las pruebas necesarias para establecer un diagnóstico acertado e ir evaluando y revisando los tratamientos periódicamente, en función de los resultados que se obtengan.
Dependiendo de cuál sea el origen del ojo seco y su gravedad, el profesional de la salud ocular abordará el tratamiento de una manera u otra.
Como medidas generales es conveniente mantener la estancia donde estemos con una humedad alta e intentar evitar la contaminación ambiental, el humo, la arena, las salidas de aire directas a los ojos, etc.
Es muy importante recordar la necesidad de parpadear, sobre todo para aquellas personas que trabajan muchas horas con ordenadores y en estancias con aire acondicionado. En este caso se dan dos situaciones desfavorables: la baja humedad del aire y la disminución de la frecuencia de parpadeo, con el consiguiente deterioro del equilibrio de la lágrima.
También debemos respetar hábitos de higiene específicos para los ojos. El uso de un baño ocular por la mañana y por la noche proporciona un alivio inmediato para los ojos secos y cansados y ayuda a eliminar las sustancias irritantes acumuladas en los ojos. En caso de legañas, también es recomendable el uso de toallitas limpiadoras específicas.
Tratamientos para estabilizar, hidratar y lubrificar la superficie ocular y mejorar el estado de los párpados
Las lágrimas artificiales pueden llegar a ser sustitutos de la lágrima natural, y mejorar de manera notable, sobre todo en casos de sequedad ocular leve y moderada, los síntomas relacionados con el ojo seco. Para que funcionen es importante respetar las pautas de uso que le indique su profesional de la salud ocular.
Serán más eficaces en la medida en la que el paciente necesite instilar menos gotas cada vez. Esto depende, entre otras cosas, del mayor tiempo de permanencia del preparado en el ojo, que a su vez tiene que ver con los componentes de la fórmula.
El ácido hialurónico es un componente presente en algunas gotas humectantes para el ojo que garantiza un tiempo de permanencia más largo que otros principios activos como son las celulosas u otros componentes sintéticos. Sin embargo, una concentración alta de ácido hialurónico puede interferir momentáneamente en la visión y provocar visión borrosa, con lo que es necesario buscar un equilibrio y encontrar la cantidad adecuada de ácido hialurónico que garantice la hidratación y permanencia deseada, y que no provoque molestias en la visión.
También hay que considerar la existencia en la fórmula de conservantes. No es aconsejable el uso de productos que contengan conservantes si se van a utilizar más de 4 veces al día.
El uso diario de un baño ocular con ácido hialurónico limpia e hidrata la superficie ocular y, sobre todo, proporciona una sensación de frescor y alivio inmediato ante los síntomas relacionados con el ojo seco.
En circunstancias de sequedad ambiental excesiva también pueden verse afectados los párpados. En este caso es conveniente utilizar un tratamiento específico para minimizar la tensión palpebral
Otros tratamientos: antiinflamatorios, cirugía, oclusión, lentes esclerales
Cuando aparecen síntomas y signos más severos es necesario completar la aplicación de lágrimas y el control ambiental con otros tratamientos, como el uso de antiinflamatorios y, en circunstancias más graves, es necesaria la aplicación de suero autólogo, la oclusión con tapones lagrimales, el uso de lentes esclerales, gafas con cámara de humedad e incluso la cirugía.
Es hoy en día uno de los trastornos oculares más frecuentes y afecta a personas de todas las edades.
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